El renacer de Medellín
- Alejandra Sánchez
- 7 jun 2024
- 3 Min. de lectura
En 1990 Medellín se había convertido en una de las ciudades más violentas del mundo. Todos sus habitantes habían perdido en medio de esa guerra que se llevó a sus seres queridos, provocó heridas físicas y en el alma y, además, reflejó una profunda desigualdad. El desempleo, el difícil acceso a la educación y a los servicios públicos, la pobreza y la falta de presencia del Estado, fueron los síntomas de esa enfermedad que, en parte, empujó a muchos jóvenes a trabajar para los carteles de la droga.
Y, aunque hubo quienes se mantuvieron lejos de la ilegalidad, el estigma de ser "sicario", "matón", o "malo", los afectó a todos. El simple hecho de vivir en las comunas nororiental o noroccidental, era una razón para ser estigmatizado.
Para tener en cuenta a estas personas que habían sido olvidadas y ofrecerles opciones de progreso, el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente César Gaviria, creó la Consejería Presidencial para Medellín y su Área Metropolitana, liderada por María Emma Mejía. Con esto se quería devolverles la confianza a los ciudadanospara que nuevamente creyeran en la importancia de vivir en comunidad y recuperaran los valores.
Esta estrategia fue una forma de decirle a los ciudadanos que sí existía un futuro para ellos y que era posible reponerse del dolor y superar los estigmas para salir adelante.
La Consejería Presidencial para Medellín se propuso construir espacios para que la comunidad se reuniera, fortaleciera sus lazos y creara proyectos culturales que los destacaran. Gracias a la gestión, 1.700 jóvenes sintieron que eran importantes para su ciudad, Medellín.
Arriba mi barrio fue uno de los principales proyectos de la Consejería. Este programa de televisión hacía de la cotidianidad, iniciativas artísticas, y de los liderazgos, temas de interés para toda la ciudad.
Convirtió a las personas, que día a día superaban decenas de obstáculos para aportarle a una ciudad cada vez mejor, en verdaderos héroes.
Recorriendo los barrios más lejanos, esos que estaban ubicados en las laderas, la Consejería Presidencial para Medellín conoció un poco más las necesidades de la población de la ciudad, para emprender acciones que demostraran que en Medellín la esperanza de vivir en una sociedad mejor era más grande que la violencia.
"Arriba mi barrio no fue solo un programa de televisón: fue un hecho social", Jorge Melguizo. La cultura fue uno de los caminos que escogieron los habitantes de Medellín para sobreponerse al dolor. Construyeron una ciudad esperanzadora, incluyente, creativa y unida que, con el paso de los años, ha atraído a miles de turistas, quienes se convirtieron en los espectadores y partícipes del cambio.
Barrio Comparsa es uno de los proyectos que más impacto ha tenido en los habitantes. Surgió en 1990 en Manrique Oriental con el propósito de enlazar la cultura con el espacio comunitario. Con tambores, fanza y cánticos vencieron el miedo, anularon el silencio y se vincularon con todas las comparsas de la ciudad. El resultado ha sido una historia en la que la defensa de la vida y el derecho a disfrutar de lo comunitario, son los protagonistas.
Gracias a Barrio Comparsa, las iniciativas artísticas de las comunas hoy son parte de la agenda cultural de la ciudad. La poesía, la música, la literatura, la pintura, el teatro y el cine abrieron la puerta a un futuro prometedor, inspirador y resiliente.
En la década del 2000, Medellín se reinventó gracias, una vez más, al trabajo conjunto entre el sector privado, público, académico y ciudadanía.
El gobierno le apostó a la transformación a través del arte, la cultura, la inclusión y la educación. Su progreso la llevó a ser reconocida en 2013 como la ciudad más innovadora del mundo en el marco del concurso City of the year.
Durante estos años, los ciudadanos participaron en la creación de nuevos centros de desarrollo cultural y vieron cómo sus barrios se transformaron con los Parques Biblioteca, un incentivo para la lectura. Además, se abrieron diversas convocatorias que permiten acceder a becas o estímulos para la educación, la cultura, el arte y el emprendimiento.
La ciudad vio nacer entidades, espacios y documentos, como el Museo Casa de la Memoria y el Archivo Histórico de Medellín, que son clave para preservar la historia, aprender del pasado y crear un futuro mejor. Medellín es reconocida por la Unesco como una ciudad del aprendizaje y ganó el premio Lee Kuan Yew, conocido como el "Nobel de Ciudades".
Como sociedad, nos hemos caído y nos hemos levantado, al tiempo que abrazamos el pasado. La inclusión, la educación y la conciencia ambiental, han sido algunos de los ejes fuundamentales para la construcción de confianza ciudadana.
Pero los cambios no son parte del pasado y en tus manos está seguir aportándole a este nuevo relato. Para seguir transformando a Medellín basta con que estés dispuesto a soñar. Tú haces parte de la nueva Medellín.
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